segunda-feira, 16 de abril de 2007

Capitulo 19

Capítulo 19
Los Métodos de Maya

El Bhagavad Gita, libro sagrado de la India, registra una conversación entre la manifestación de la Suprema personalidad de Dios, Sri (Señor) Krishna y su devoto Arjuna, durante la preparación para una batalla que acontecería en un campo llamado Kurukshetra. A cierta altura del diálogo a través del cual Krishna le enseñaba a Arjuna sobre la realidad de la vida, lo que incluye su aspecto ilusório, Arjuna pedió a Sri Krishna que se revelara en toda a su plenitud, en su forma universal. Dijo Arjuna:

– Si tu crees que soy capaz de ver tu forma cósmica, Ó mi Señor! Ó amo del poder místico! Entonces tenga la bondad de mostrarme ese ilimitado Ser universal

Krishna atendió al pedido y se mostró a Arjuna, dice el Bhagavad Gita, depués de darle ojos espirituales. U otros ojos. Y él vió las expansiones ilimitadas del universo, y vió infinidade de bocas, de ojos, de visiones maravillosas, un brillo más fuerte que el brillo de mil soles y muchas cosas más. Vió también todo el pueblo que estaba en Kurkshetra siendo devorado por las miles de bocas. Y afinal Arjuna dijo:

– Ó Vishnu omnipresente! Al verte con tus múltiplos colores radiantes...tus bocas abiertas y Tus grandes y deslumbrantes ojos, la mente se perturba por el temor. Soy incapaz de mantener mi estabilidad y mi equilíbrio mental.

Esa pequeña muestra del relato del Bhagavad Gita sobre la experiencia de Arjuna es un simbolo de la complejidad y de la impossibilidad de se entender o apreender el universo con nuestros sentidos. Las muchas bocas y los muchos ojos son símbolo del asombro de Arjuna. Es una de las maneras de reafirmar que se pudiéramos ver la realidad del universo por un segundo, nos volveríamos, igual a Arjuna, icapaces de mantener nuestra estabilidad y nuestro equilibrio mental. ¡Correríamos! !Nos volveríamos locos! Nos implodiríamos, o por lo menos no sobreviveríamos a la experiencia. De ahí podermos entender porque los hindúes adoran a la Diosa de la Ilusión o la energia ilusória que nos protege, nos sirve de protección de la asombrosa realidad en que estamos insertados en el universo.

Gracia a Maya creemos que vemos, que oímos, que olemos, que tocamos y que hacemos una multiplicidad de otras cosas. Puro engaño. Cuando miramos a la Fuente de la Neblina Creativa, para el Monte Shasta, un pájaro lindo, o aun para una mujer o hombre bonitos y decimos, este lugar, o este pájaro, o este hombre o esta mujer es muy lindo o linda, – ¿qué realmente pasa en nuestra cabezas? ¿Qué pasa cuando miramos? ¿Qué es eso que llamamos ver?

De manera muy sencilla el conjunto de cosas que llamamos “ver” es lo seguiente: Primero hay la luz. La luz reflejada de las aguas, de las piedras, de los árboles es concentrada en las células de la retina, en el fondo de los ojos. El contacto de la luz reflejada, con las células de la retina hace con se dispare automaticamente una avalancha de reacciones químicas. Esas reacciones liberan un flujo de electrones. Los neurónios ligados a las células llevan los impulsos electroquímicos hasta el córtex visual en el cerebro. Desde ahí, las informaciones crudas, frías y terriblemente oscuras, que llegan al cerebro son procesadas e integradas. Después de todo ese procesamiento, y por medios que la ciência todavía no comprende, la image de la Fuente de la Neblina Creativa, por ejemplo, es formada en su consciente. Entonces Usted siente escalofríos, llora y dice: la veo. Entonces Usted abraza a su amado o su amada y exclama: ¡que cosa maravillosa! ¡Solo Dios puede crear una cosa tan bella!

Tenemos la idea de que percebimos las “Cataratas” en el mundo físico, concreto. En verdad, solo percibimos una “imagen” formada en el silencio y en la oscuridad del cerebro. En realidad, Usted acabó de crear las “Cataratas” en su cerebro. En su “mente”. En su espíritu. Aquellas “Cataratas” que Usted vió son suyas. No son las Cataratas de nadie más. ¿Cómo habremos de estar seguros de que las “Cataratas” que Usted ve son las mismas que la persona a su lado ve?

Lo mesmo acontece con todo lo que vemos, escuchamos, oímos, tocamos y probamos. Todo, creado, a partir de datos colectados por los órganos sensoriales y llevados hasta nuestra fábrica de sueños particular – el cerebro. Por eso los pueblos primitivos son sábios por el la importancia que le asignan al “sueño”. Karl Pribram, mencionado anteriormente sobre el modelo holográfico del cerebro, cree que la mente no existe – o que por lo menos, él como neurocientífico, no sabe lo que sea la mente, donde pueda estar alojada, si es que está alojada en alguna parte.

Eso significa que si lo aceptemos o no, el mundo de nuestra experiencia no está allá afuera. Está dentro de nosotros. Exactamente como los místicos de todas las tradiciones han afirmado cuando incentivan prácticas como la meditación y la introspección. Estamos hablando de dos realidades. Estamos hablando de la realidad que experimentamos – la nustra imagen particular y cerebral de la realidad versus la “realidad en si”, la realidad subyacente – aquella que yace bajo o que sirve como cimiento para la realidad de la imagen que tenemos.

En otras palabras, no conocemos la realidad subyacente de las Cataratas del Iguazú o del Océano. Mucho menos del Planeta. Podemos decir también que, a la hora de la verdad, no conocemos la realidad de nadie y de nada. Aquella persona que amamos, que es nnuestra compañera o compañero – en la realidad nunca la vimos. Es un(a) desconhecido(a). Tenemos de ella la imagen que el Cerebro formó gracia al contacto electroquímico original de la luz con células de la retina. O de las otras informaciones que la nariz, la lengua, las manos, la piel, los oídos consiguen enviar a nuestro misterioso cerebro.

Miemos a nuestra vuelta y veamos todos esos árboles con sus maravillosas hojas verdes. ¿Cual es la realidad de esos árboles? Son variadas. La primera es que no son verdes. Parecen verde debido a la luz, de frecuencias, reflejadas en las células de la retina. Todo lo que llega a la mente son los impulsos electroquímicos – sin color ninguno. Todo aquél verde de los Parques Nacionales Iguaçu / Iguazú; de la Amazonía, de la Selva Misionera, de Escocia solo existe en la “mente”. Y “mente” aquí puede no pasar, según Pribram, de “un área de interferencia de patrones entre cuerpo, cerebro y ambiente”

Ahora que sabemos que la realidad no es tan real como parece, podemos, finalmente, prepararnos para concluir este libro. Nos resta recordar su mensaje principal: todo lo que existe es sagrado. Eso incluye los océanos, las montañas, los ríos, los pájaros, nuestro poderoso procesador de imagenes e informaciones, sentimientos y pensamientos, a este creador de realidades – llamado “cerebro”. Incluye también a toda persona que encontremos en las calles y caminos.

Hemos visto que no somos observadores estáticos y neustrales, independientes, solitarios, que miramos a las cosas, que están allá afuera, de manera neutral. Al miramos somos mirados. Al miramos a la luz reflejada de un objeto y nuestros cerebros, traducen esta luz en imagenes en nuestras cabezas. Esa imagen es nuestra. Es nuestra creación. Es nuestra imagen, con colores, olores, texturas, sensaciones. Las Cataratas reales por detrás de esta reacción, nunca la hemos visto.

¿Como esta reacción electroquímica que está contenida en el verbo “ver” puede producir, más que imagenes, sino también sensaciones de amor, paz, tranquilidad, bienaventuranza, satisfacción y alegría? ¿Como el producto final de esta reacción puede ser la emoción? Son más pruebas de que Usted es un creador. Es un misterio. De ahí, el sermos todos místicos. Es decir estamos sumergidos en el mistério. Todo creación nuestra. Entonces aproveche. Esta es la suprema lección que las Cataratas del Iguazú, el Monte Shasta, el Lago Titicaca, el Uluro y Kattjuta, Glastonbury, la Gran Pirámide, el Monte Kuh e Malek Siah ( que la paz llegue sobre él) el Monte Kailash y todos los Lugares Sagrados de Paz y Poder de todas las religiones nos dan como regalo.

Con la lección aprendida con ellos, todo lo que tenemos que hacer ahora es salir por ahí y seguir creando el mundo dentro de nosostros mismos pues este es lo único que existe. Con la inspiración de la Fuente de la Neblina Creativa, de Agartha, Avalon, Shambala, Posid, Paititi y de todos los símbolos de grandeza interior salgamos por el mundo creando las mejores puestas del sol, personas bonitas y agradables, océanos y montañas, lunas llenas, parques, amantes, diosas. Creemos el verde, el azul, el amarillo, el rojo. Pongamos más colores em nuestros cerebros – es decir, en el mundo. Recuperemos el Poder de la Palabra, del Amor y del Himno o canto. Participemos en la danza cósmica. Recuperemos la conciencia de la divinidad y traigamola de vuelta para el mundo, de hoy.

Nenhum comentário:

Cuna del Iguazú

Esta es una foto de una de las miles de fuentes del Río Iguazú. Desafortunadamente a menos de 20 kilómteros de las fuentes, los ríos que v...